Nos encanta porque representa todo lo que un Toro debería ser: potente, frutal y con un carácter que no pasa desapercibido. Es un vino perfecto para cenas donde quieres impresionar sin necesidad de explicaciones largas: su color, aroma y sabor hablan por sí solos. Además, su equilibrio entre fuerza y elegancia lo convierte en un aliado versátil para carnes, quesos intensos o simplemente para disfrutarlo en una noche especial. En resumen: un vino para quienes saben que un buen tinto es mucho más que fuerza bruta.

Variedad: 100% Tinta de Toro

Alcohol: 15%

Zona: D.O. Toro, Castilla y León, España

Elaboración: Crianza en roble francés

Temperatura de servicio: 16–18 ºC

Vista: Rojo oscuro vibrante con matices rubí y reflejos azulados.

Nariz: Frutas rojas maduras (frambuesa, fresa), ciruela, violetas, vainilla y suaves tostados.

Boca: Intenso, untuoso, con acidez equilibrada y taninos dulces. Final largo y persistente.

Chuletón de vaca vieja a la parrilla: La intensidad y estructura del Toro abrazan la potencia de la carne, mientras los taninos dulces equilibran la jugosidad del corte.

Cochinillo asado: La frescura del vino corta la grasa del cochinillo, y sus notas de fruta madura realzan los sabores tostados del asado.

Rabo de toro estofado: Los taninos redondos y el carácter frutal del vino acompañan la melosidad del estofado, creando un maridaje profundo y reconfortante.

Queso Zamorano curado: La fuerza y persistencia del Toro combinan con la intensidad salina y textura firme del queso, logrando un cierre potente y armonioso.

Tarta de chocolate amargo: Las notas de vainilla y tostados del vino encuentran un delicioso contrapunto en el cacao, cerrando la experiencia con un toque indulgente.