Si te gustan los vinos blancos o quieres aprender de ellos encontrarás muy útil esta guía. Veremos que los vinos blancos no son únicamente fresos y afrutados sino que pueden resultar tan complejos como algunos de los mejores vinos tintos.
Los vinos blancos, al igual que los tintos, se clasifican según características como sabor, proceso de crianza, terroir y contenido de azúcar. Los encontrarás desde afrutados y frescos hasta complejos y envejecidos, y desde secos hasta dulces.
Los vinos blancos, conocidos por su frescura y variedad aromática, se elaboran principalmente con uvas blancas. Existen también los "blanc de noirs", vinos especiales hechos con uvas tintas sin sus cáscaras.
Comienza con la selección y prensado de la uva. Dado que no es necesario extraer taninos no se aprieta tanto las uvas ya que se quiere evitar que entren sabores amargos
Luego sigue la fermentación alcohólica. La fermentación de los vinos blancos se realiza sin contacto con las pieles para mantener su color claro y sabores delicados. Durante la fase de fermentación, se suele regular la temperatura para mantenerla baja y que los aromas no volatilizen.
Algunos vinos blancos también pasan por crianza con sus lías o en barrica para desarrollar complejidad. La crianza con sus lías, suele ser por períodos de 3 a 6 meses. Los pasos por barrica suelen ser afectar más al vino proporcionándole tostados e igualmente suelen ser por períodos de entre 3 a 6 meses.
Tradicionalmente los vinos se fermentan en acero inoxidable. Esto permite controlar la temperatura de fermentación (en los blancos la queremos mantener baja para preservar los aromas) y además son mucho más higiénicos por su practicidad para la limpieza.
Sin embargo hace años el inox no existía y se fermentaba todo de forma tradicional en barricas de madera. Hoy se está volviendo a la tradición incorporando métodos modernos de control de temperatura donde es necesario.
Al realizar la fermentación de un vino blanco en barrica, se le otorgan tostados al vino pero de forma mucho más ligera que si se realiza la crianza posterior en barrica. Es mucho menos invasivo y el vino preserva su frescura y aromas. Cada vez más se utliza en los blancos de nivel.
Las lías son las levaduras de la fermentación una vez que han muerto. El paso por lías "sur lees" en frances consiste en dejar el vino reposando con esas lías finas para que durante la autolisis de las lías (en cristiano: la desintegración) le vayan transfiriendo sabores al vino. Además le otorgan mayor volumen lo que se agradece mucho en boca con platos intensos.
Es un método tradicional de elaboración de vinos blancos, donde luego de que el vino esta fermentado pasa un tiempo en barricas de roble. Usualmente no sobrepasa los 6 meses ya que de otra forma el carácter que le imprimen sería excesivo para los delicados sabores.
Principalmente se utiliza uvas no tan aromáticas ya que se conjugan mejor con este tratamiento. Entre ellas la más conocida es la Chardonnay, con los vinos blancos franceses de la Borgoña y los vinos blancos de California en los Estados Unidos.
Los vinos blancos se realizan mayoritariamente utilizando variedades blancas. Existen también los llamados "blanc de noirs" que son vinos que se producel con uvas tintas eliminandoles la cáscara. Estos son, sin embargo, vinos de especialidad y poco comunes debido a el trabajo y cuidado que demanda su elaboración.
Las uvas más comunes empleadas para la elaboración de vinos blancos a nivel internacional son la Chardonnay, Sauvignon Blanc.
En España son más comunes la Verdejo (principalmente en la zona de Rueda) y la Albariño en las Rias Baixas de Galicia.
En Italia, las uvas blanca más famosas fuera de Italia son la Pinot Grigio y la Moscato (moscatel), pero en realidad existen muchas uvas autóctonos como la Greco, Trebbiano, Vermentino entre otras.
El Alemania la reina es la Riesling y en Austria la Grüner Veltliner.
A continuación encontrarás detalles de las principales uvas blancas utilizadas para hacer vino blanco de calidad en el mundo
La Chardonnay es la estrella versátil de los vinos blancos. Ofrece sabores que van desde manzana y limón en climas fríos hasta frutas tropicales en zonas más cálidas. Con frecuencia, se fermenta en barrica, aportándole matices de vainilla y tostados.
Borgoña en Francia es su cuna; sin embargo, ha encontrado hogares en California, Australia y Chile.
Ideal con pescados en salsa cremosa, pollo asado y platos con una base de setas.
Un vino con una acidez vivaz y aromas a hierba recién cortada, grosellas y, a veces, maracuyá. Es crujiente y refrescante.
Loire y Burdeos en Francia, Nueva Zelanda y partes de Chile.
Combina perfectamente con mariscos, ensaladas verdes y queso de cabra.
Conocido por su perfil aromático vibrante, ofrece notas de frutas de hueso, hierbas y, en ocasiones, un toque amargo que recuerda a las almendras. Fresco y de cuerpo medio.
Principalmente en Rueda, España, donde se ha cultivado durante siglos.
Espléndido con tapas, pescados a la plancha y platos de pasta ligeros.
Vino con cuerpo y textura, a menudo con sabores a manzana verde, pera y minerales. Tiene un potencial de envejecimiento que revela complejidades.
Galicia en España, especialmente en las denominaciones de Valdeorras y Bierzo.
Ideal con mariscos, pescados blancos y platos de arroz como la paella.
Un vino ligero y refrescante conocido por sus notas de limón, pera y manzana. En Italia, presenta una acidez más marcada.
Italia, especialmente en las regiones del norte, y también en Alsacia, Francia.
Maravilloso con mariscos, ensaladas frescas y como aperitivo.
Vino con cuerpo y notas de pera, melocotón, almendras y a menudo un toque mineral.
Italia, especialmente en la región de Campania.
Excelente con pescado al horno, mariscos y platos de pasta con salsas blancas.
Vino fresco y aromático, con notas de cítricos, manzana verde y flores blancas, acompañado de una acidez pronunciada.
Principalmente en Galicia, España, en la región de las Rías Baixas.
Perfecto con mariscos, especialmente almejas y mejillones, así como platos de pescado.
Dulce y aromático, este vino se destaca por sus sabores a durazno, naranja y miel.
Se produce en varias regiones, incluyendo Valencia y Andalucía en España, y en Italia como Moscato.
Ideal con postres, especialmente aquellos a base de frutas y pasteles.
Suave y seco, con sabores a manzana verde, melón, cítricos y notas florales, con una acidez refrescante.
La región de Veneto en Italia, donde la uva Garganega es la principal en su elaboración.
Maridaje versátil, va bien con pescados, ensaladas, platos de pasta y risottos.
Vino con aroma intenso, que recuerda a flores y frutas exóticas, como la lichi, con un equilibrio de dulzor y acidez.
Argentina, especialmente en las regiones de Salta y Mendoza.
Combina bien con comidas picantes, platos asiáticos y quesos suaves.
Vino con una gama de sabores que van desde los cítricos y frutas de hueso hasta notas florales y minerales. Puede ser desde seco hasta dulce, con una acidez vibrante.
Principalmente en Alemania y Alsacia, Francia, pero también se encuentra en Austria, Estados Unidos y Australia.
Ideal con platos especiados, comida asiática, pescados y mariscos.
Vino conocido por su frescura y notas picantes, con sabores de manzana verde, cítricos y a veces pimienta blanca.
Ampliamente cultivada en Austria y en partes de la República Checa y Eslovaquia.
Complementa bien platos de verduras, pescados ligeros y ensaladas.
Maridar un vino blanco realmente resalta mucho sus sabores. Muchas personas creen que los vinos blancos son únicamente para la playa o beber informalmente. En realidad, los vinos blancos se adaptan a muchos más tipos de comidas de lo que la gente cree gracias a su buena acidez y el hecho de que no invaden tanto los sabores de los alimentos.
Al maridar los vinos blancos hay que fijarse principalmente en dos parámetros de los vinos y la comida: La acidez y el dulzor. Buscaremos un vino blanco que sea más ácido que la comida (por eso por ejemplo en las cebicherías se prefiere la cerveza Pilsen que la Cristal). Entonces si maridamos un cebiche, nos iremos a uvas como la Albariño, Riesling o Sauvignon Blanc. Por el contrario si queremos maridar un plato fuerte como una paella o un pescado con salsas, buscaremos un vino blanco con paso por lías o barrica para que le otorgue peso y no se vea doblegada por la comida.
Asimismo, si maridamos postres, buscaremos un vino blanco dulce como un moscato, un late harvest, vinos de hielo o vinos con botritis.
A menor temperatura de la que te imaginas. Los vinos blancos suelen beberse muy .. demasiado fríos. Esto le quita protagonismo a los aromas y es un legado de la cantidad de vinos blancos de baja calidad que han llegado al país. En los vinos blancos malos, hay que bajarles la temperatura para que queden al polo, fresquitos y se note su acidez. De otra forma son desagradables.
En los vinos blancos de nivel sin embargo, queremos apreciar toda su complejidad y cremosidad. Aquí nuestras recomendaciones.
Vinos blancos jóvenes: 4 a 6 grados
Vinos blancos de uvas aromáticas: 6 a 8 grados
Vinos blancos con barrica o de guarda: 8 a 10 grados.