Este vino, una exquisita mezcla de Tempranillo y Mazuelo, representa la esencia de la región de Rioja, España. Los viñedos ubicados en esta zona prestigiosa aportan una calidad excepcional a las uvas, que se refleja en cada sorbo. La elaboración cuidadosa, con fermentación en depósitos de acero inoxidable y una crianza en barricas de roble, proporciona una estructura compleja y bien balanceada, destacando las características típicas de estas variedades de uva.
En nariz, este vino sorprende con un potente aroma a frutos rojos frescos, como frambuesas y cerezas, complementados por especias sutiles como la pimienta negra y delicadas notas de vainilla, resultado de su tiempo en barrica. Estos aromas se entrelazan de manera armoniosa, ofreciendo una experiencia olfativa rica y envolvente.
En boca, el vino se presenta suave y seco, con taninos bien integrados que aportan una textura aterciopelada. Los sabores de fruta madura se mezclan con notas de mantequilla y vainilla, proporcionando una profundidad y complejidad que persiste en el paladar. El final es largo y agradable, con sutiles recuerdos terrosos y salinos que añaden una dimensión adicional a su perfil gustativo.
Variedades: Tempranillo y Mazuelo
Viñedos: Ubicados en Rioja, España. Una región famosa por sus vinos de alta calidad y tradición vinícola.
Elaboración: Fermentación en depósitos de acero inoxidable seguida de una crianza en barricas de roble, que aporta notas de mantequilla y vainilla.
Temperatura de servicio: Se recomienda servir entre 16-18°C. Ideal para resaltar sus aromas y sabores complejos.
Vista: Color rubí brillante con corona marcada y lágrima difusa.
Nariz: Potente aroma a frutos rojos, especias como pimienta, y toques de vainilla.
Boca: Sabor suave y seco, taninos en equilibrio con notas de fruta madura, mantequilla, y vainilla. Final largo y agradable con recuerdos terrosos y salinos.
¡Finca de los Arandinos! Una joyita en el corazón de La Rioja, Me encanta cómo este lugar combina lo mejor de ambos mundos: tradición y modernidad, todo envuelto en un entorno que invita a sumergirse en la cultura del vino.
En la bodega familiar Finca de los Arandinos, situada en un valle pintoresco cerca de Entrena, La Rioja, la tradición vitivinícola cobra vida. Desde su nacimiento en 2011, esta finca ha tejido la pasión familiar por el vino con una visión innovadora, centrándose en la producción de vinos que son la pura expresión de su terruño.
Sus viñedos, esparcidos en 30 parcelas que suman 16 hectáreas, se encuentran a unos 600 metros sobre el nivel del mar, abrazados por un clima continental con toques mediterráneos. Estas tierras cultivan con mimo variedades como Tempranillo, Garnacha, Mazuela y Viura, que maduran bajo el sol riojano para luego transformarse en vinos emblemáticos de la D.O. Rioja.
La vendimia en Finca de los Arandinos es un ritual que honra cada racimo: seleccionados a mano con esmero, los frutos pasan por una doble selección antes de abrazar la fermentación. Esta meticulosidad se refleja en cada botella, donde la esencia de La Rioja se palpa en cada sorbo.
El portafolio de vinos de Finca de los Arandinos es un homenaje a la diversidad y riqueza de La Rioja. Con tintos robustos y complejos como El Conjuro y Malacapa, blancos frescos y elegantes como Viero, y rosados expresivos como +Mejor, cada etiqueta es un viaje sensorial.
Estos vinos, criados con respeto por el tiempo y la naturaleza, hablan de la historia y el futuro de La Rioja, ofreciendo una experiencia única para el paladar y el corazón.
Por su compromiso con la excelencia y la autenticidad. Esta bodega no solo produce vinos magníficos, sino que también invita a vivir La Rioja de manera integral, con su hotel, restaurante y spa que complementan la experiencia vinícola. En Finca de los Arandinos, cada detalle, desde la uva hasta la copa, es una celebración de la cultura del vino, haciéndola un destino imprescindible para los amantes del buen vivir.