Las Quebradas es un vino que realmente se destaca por su carácter potente y su elegancia, una combinación perfecta para disfrutar en reuniones familiares o con amigos. Elaborado con 100% Monastrell de viñedos situados a 500 metros de altitud en Villena, Alicante, este vino refleja la autenticidad de su terruño. La crianza de 16 meses en barricas de roble francés no solo añade complejidad, sino que también suaviza los taninos, resultando en una experiencia de cata sofisticada y bien equilibrada.
Al servirlo, notarás su color rojo picota intenso con una capa alta, una señal de su concentración y calidad. En nariz, los aromas complejos de fruta negra madura, ciruela y arándano se entrelazan con sutiles toques de vainilla y tabaco, ofreciendo una invitación irresistible para degustarlo. Al probarlo, la entrada es jugosa con taninos bien integrados, acompañados de notas de cuero y humo. La acidez equilibrada y el final largo y persistente completan una experiencia de cata redonda.
Para maridar, Las Quebradas se luce especialmente bien con platos robustos como el cordero asado o las costillas de cerdo a la barbacoa. Su acidez y taninos bien integrados equilibran la riqueza de estos platos, mientras que las notas de humo y especias del vino complementan los sabores ahumados y caramelizados de la carne. También es una excelente elección para una paella de carne o un risotto de setas, donde los sabores complejos del vino realzan y complementan los ingredientes terrosos y especiados de estos platos.
Si buscas un vino para una cena especial o una ocasión donde el vino debe brillar tanto como la comida, Las Quebradas es una opción segura. Su equilibrio, complejidad y elegancia hacen que sea un vino versátil y placentero, adecuado tanto para ser disfrutado ahora como para guardarlo y ver cómo evoluciona con el tiempo. Definitivamente, un Monastrell que no sigue una fórmula comercial, sino que expresa genuinamente su origen y te invita a descubrir cada uno de sus matices.
Variedades: 100% Monastrell
Viñedos: Ubicados en Paraje "Las Quebradas" en Villena, Alicante, a 500 metros de altitud.
Elaboración: Crianza de 16 meses en barricas de roble francés. Añade complejidad, suaviza los taninos y aporta notas de vainilla y especias.
Temperatura de servicio: Se recomienda servir entre 16-18°C que permite apreciar mejor los aromas y sabores del vino.
Vista: Color rojo picota intenso con capa alta.
Nariz: Aromas complejos de fruta negra madura, ciruela, arándano, con toques de vainilla y tabaco.
Boca: Entrada jugosa con taninos bien integrados, notas de cuero y humo, acidez equilibrada y un final largo y persistente.
En Bodegas Enrique Mendoza, iniciamos nuestro viaje en 1989, marcados por una filosofía innovadora y revolucionaria en el mundo del vino de Alicante. Desde el principio, optamos por variedades foráneas, pero con el tiempo, nuestro amor por la tierra nos llevó a enfocarnos en la variedad autóctona Monastrell, reflejando nuestra conexión con el Mediterráneo y su historia vitivinícola que se remonta a la época de los íberos.
Nuestra Finca El Chaconero, situada en la pedanía de Las Virtudes, cerca de Villena, es un terreno con una historia que se extiende hasta el siglo XVI. Con una diversidad de suelos y microclimas, y designada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), nuestra finca es un claro ejemplo de cómo el respeto por la naturaleza y el entorno es fundamental en nuestra filosofía.
Nos esforzamos por la excelencia, pero no solo en términos de calidad. Para nosotros, la excelencia significa respeto: a las personas, al paisaje y al territorio. Este respeto se refleja en nuestro trato a los viñedos y a todas las personas que contribuyen a nuestro éxito.
Como miembros de Grandes Pagos de España, compartimos valores como la singularidad del terruño y la integración armoniosa de los vinos con su entorno. Trabajamos en colaboración con otras bodegas prestigiosas, intercambiando investigaciones y prácticas para avanzar hacia un sector vitivinícola más moderno y sostenible.
Los viñedos de Bodegas Mendoza están profundamente arraigados en la rica historia vitivinícola de la provincia de Alicante. Esta región, conocida por su producción de vino desde el siglo VI a.C., se destaca por sus restos arqueológicos que confirman la antigua práctica de la viticultura. La ubicación estratégica de Alicante en el Mediterráneo Occidental ha sido crucial en el desarrollo de sus vinos, con influencias que se remontan a los fenicios y romanos
La viticultura en Alicante ha experimentado altibajos a lo largo de los siglos. En el siglo XIX, la región experimentó un auge significativo en la producción vitivinícola, conocido como el "siglo de oro", especialmente cuando las enfermedades del oidium y la filoxera afectaron a los viñedos franceses, lo que llevó a un tratado comercial preferencial con Francia. Sin embargo, en el siglo XX, la viticultura en la región sufrió una recesión debido a un cambio en el modelo productivo hacia cultivos más rentables. A pesar de esto, la creación de la "Denominación de Origen Alicante" en 1932 ayudó a consolidar y proteger los vinos de la región.
La provincia de Alicante presenta dos zonas climáticas distintas que influyen en sus viñedos. Por un lado, está la costa mediterránea, donde las brisas marinas tienen un impacto significativo en los viñedos costeros. Por otro lado, está la comarca del Alto Vinalopó, ubicada a más de 600 metros sobre el nivel del mar, donde los viñedos se benefician igualmente de las brisas marinas a través de los pasillos montañosos. Esta diversidad de climas y suelos, que incluyen suelos con alta presencia de cantos calcáreos, costras, piedras y arenas, contribuyen a la singularidad de los vinos de Bodegas Mendoza