Crazy Tempranillo , Ribera del Duero - 2020

Desde el primer momento, su color rosa salmón brillante te seduce. Está hecho de uva Tempranillo 100%, típica de Ribera del Duero, pero con una vuelta de tuerca al ser un rosado vibrante y fresco. Al servirlo entre 8 y 10°C, su perfil se eleva mostrando lo mejor de sí.

Lo que realmente resalta de este vino son sus aromas intensos de fresa y frambuesa, con ese toquecito juguetón de ciruela que te hace desear el primer sorbo. Y una vez en boca, ¡vaya que sigue sorprendiendo! Es una delicia con su frescura y equilibrio, terminando con un final delicado pero persistente que te invita a no dejar la copa.

Es perfecto para esos momentos en que quieres algo que levante el espíritu y acompañe desde una simple tapa hasta un plato más elaborado. Imagínate disfrutando de unas patatas bravas o un ceviche de camarón con este rosado. Su estructura y frescura harán que cada bocado sea una experiencia.

Y no te olvides de la sostenibilidad; esta bodega se compromete con el medio ambiente y mantiene prácticas que respetan la tierra y las tradiciones. Es un vino que no solo vas a disfrutar, sino que también te sentirás bien al elegirlo.

Variedades: 100% Tempranillo

Viñedos: Ubicados en La Quemada, Ribera del Duero.

Elaboración: Cuidadosa selección y recolección manual de la uva, seguida de una fermentación controlada para preservar los aromas frutales.

Temperatura de servicio: Se recomienda servir entre 8 y 10°C para un mejor disfrute.

Vista: Color rosa salmón brillante y atractivo.

Nariz: Aromas intensos de fresa, frambuesa y un ligero toque de ciruela, que invitan a un primer sorbo.

Boca: En el paladar, destaca por su frescura y armonía, con un final delicado que persiste e invita a seguir disfrutando.

• Tapas españolas: Patatas bravas, gambas al ajillo, y pan con tomate complementan la frescura y los aromas frutales del vino, mientras que su estructura puede soportar sabores más intensos sin ser dominada.
• Ensaladas de verano: Ensalada de fresas y espinacas con queso de cabra, ensalada caprese, o una ensalada de rúcula con parmesano y piñones. La acidez y frescura del rosado hacen eco a los ingredientes naturales y ligeros de estas ensaladas.
• Platos de mariscos: Ceviche de camarón, langostinos a la plancha, o salmón a la parrilla. La estructura del vino puede manejar la riqueza de los mariscos mientras que su perfil frutal y fresco complementa la delicadeza del pescado y marisco.
• Comida asiática ligera: Rollos de primavera, ensalada tailandesa de mango con pollo, o sushi. Los sabores especiados y agridulces de muchos platos asiáticos serán equilibrados por la dulzura y acidez del vino.
• Carnes blancas y aves: Pollo asado con hierbas, pavo a la parrilla, o cerdo en salsa de frutas. El cuerpo medio del rosado es capaz de complementar las carnes más ligeras sin abrumarlas, mientras que su frescura corta la riqueza de las salsas.