Este vino Ribera del Duero de El Lagar de Isilla realmente capta la esencia de lo que buscas en un vino joven: equilibrio y mucha carga frutal. Además de su carga frutal, destacan las moras negras y las frambuesas, complementadas con interesantes notas de grafito que le aportan un toque terroso y una complejidad fascinante. En boca, su paso seco y agradable revela una estructura bien equilibrada, sin caer en excesos de taninos o acidez, manteniendo una frescura que lo hace agradable en boca.
Es un vino joven, sí, pero con una profundidad que desafía su edad, ofreciendo varias capas de sabor que evocan la tipicidad del Tempranillo en esta región. A diferencia de algunos Ribera del Duero que pueden ser demasiado potentes o astringentes, este vino se mantiene fiel a un estilo más accesible y amigable, sin sacrificar su riqueza y complejidad.
Una opción ideal para quienes aprecian los vinos con carácter y personalidad, pero que también valoran la frescura y la bebibilidad.
Variedades: 100% Tempranillo (Tinta del País)
Viñedos: Los viñedos situados en suelos arcillosos de San Juan del Monte y Guma aportan una característica única a la uva.
Elaboración: El proceso inicia con una maceración en frío durante cuatro días a 8°C, seguido de una fermentación alcohólica con levaduras autóctonas a 22°C durante siete días, lo que realza su frescura y aromas frutales. La fermentación maloláctica se realiza en depósito, culminando en un vino de 14% de alcohol.
Temperatura de servicio: Se recomienda servir entre 14 y 16 °C para maximizar su expresión y disfrutar plenamente de su perfil aromático.
Vista: Color rojo cereza con tonalidades violáceas en el ribete, indicando su juventud.
Nariz: Intensidad alta con aromas a frutos rojos maduros, incluyendo mora, zarzamora y grosella.
Boca: La entrada es suave y persistente, con una explosión de sabores a frutos negros y rojos, acompañados de un toque de frescura perdurable.
Es un excelente compañero para carnes blancas y rojas, así como para platos de barbacoa. Se recomienda servir entre 14 y 16 °C para maximizar su expresión y disfrutar plenamente de su perfil aromático.
En el corazón de la Ribera del Duero, se encuentra Bodegas y Viñedos El Lagar de Isilla, un lugar donde la historia, la familia y el vino se entrelazan para crear una experiencia enológica única. Situada en La Vid, a escasa distancia de Aranda de Duero, esta bodega se alza como un emblema de la tradición vinícola burgalesa, avalada como la mejor región vitivinícola del mundo en 2012.
Todo comenzó en una bodega histórica del siglo XV, oculta bajo el restaurante El Lagar de Isilla en Aranda de Duero, donde la familia Zapatero Pinto dio sus primeros pasos en el mundo del vino. Su éxito fue tal que decidieron expandirse, trasladando su pasión y savoir-faire al complejo enológico de La Vid, heredando el encanto de una finca colonial de 1890.
Con 40 hectáreas dedicadas al cultivo, principalmente de la variedad Tempranillo, esta bodega también abraza el Cabernet Sauvignon y el Merlot, reflejo de su compromiso con la diversidad y la calidad. La vendimia manual y una meticulosa selección en bodega subrayan su filosofía de respeto por la tierra y sus frutos.
El Lagar de Isilla produce vinos tintos y parcelarios que expresan la esencia de cada rincón de sus tierras. Dos marcas distintivas, El Lagar de Isilla y El Lagar de Isilla 9 meses Gestación, cuentan la historia de una bodega que, con cada sorbo, invita a descubrir los matices de la Ribera del Duero.