¿Alguna vez te has preguntado cómo es que un simple queso logra colarse en cada rincón de nuestro frigorífico, asistiendo desde desayunos hasta cenas sin invitación? Sí, amigos, hablamos del inconfundible queso Philadelphia, ese compañero fiel que nunca falta en nuestra nevera. Pero, ¿alguna vez te has detenido a pensar en su origen? ¿Cómo es que este queso, tan suave y cremoso que podría pasarse el día en un spa, llegó a convertirse en un básico de nuestra cocina?

Historia del Queso Philadelphia

Todo comenzó en Chester, Nueva York, donde William A. Lawrence, un lechero con visión de futuro y, al parecer, con un paladar exquisito, decidió que el mundo necesitaba un tipo de queso que aún no existía. Así es, amigos, antes de Lawrence, el concepto de "untar" era tan solo un sueño lechero.

Orígenes Cremosos: La Invención de Lawrence

En 1872, en una época donde los jeans ajustados no eran una cosa y menos aún el WiFi, Lawrence compró una fábrica de queso Neufchâtel. Ahora, para aquellos que no lo sepan, el Neufchâtel es como el primo lejano francés del queso crema, solo que más seco y con menos invitaciones a fiestas. Lawrence, en un intento por hacer que este queso fuera el alma de la fiesta, decidió añadirle crema. Y así, como por arte de magia (o ciencia, no juzgamos), nació el queso crema. Un queso tan suave y untuoso que podría ganar un concurso de belleza contra mantequillas de todo el mundo.

Pero Lawrence no se detuvo ahí. Consciente de que había creado algo grande, algo que merecía más que un simple nombre, bautizó su creación como "queso crema". Simple, directo y al grano, como deberían ser todas las cosas buenas de la vida.

De "Lawrence & Durland" a "Filadelfia": Un Queso de Alta Calidad

Ahora, imagina esto: es 1879, y nuestro amigo Lawrence decide que es momento de expandirse. Se une a Samuel S. Durland, y juntos forman la marca "Neufchatel & Cream Cheese", que más tarde sería conocida como "Lawrence & Durland". Pero, ¿cómo pasó de ser un queso con un nombre complicado a convertirse en el icónico queso Philadelphia? Bueno, eso se lo debemos a Alvah Reynolds, un distribuidor de queso neoyorquino con un ojo para el marketing.

Reynolds comenzó a vender el queso de Lawrence como "Queso crema de Philadelphia", porque en aquel entonces, todo lo que venía de Philadelphia era visto como el epítome de la calidad. Es como cuando dices que tus zapatos son italianos para impresionar en una cita, pero con queso.

Para finales de 1880, el "Queso crema de Philadelphia" era la comidilla de Nueva York, y no precisamente por los chismes de la alta sociedad, sino porque realmente era bueno. Tan bueno, que Reynolds tuvo que asociarse con varios productores para mantener a la multitud satisfecha.

Un Imperio Lácteo: La Fusión con Kraft Foods

En 1903, la historia del queso Philadelphia toma otro giro cuando Reynolds vende los derechos de la marca a la Phenix Cheese Company, que más tarde se fusionaría con Kraft Foods. Sí, amigos, Kraft, el gigante de los alimentos que probablemente fabrica la mitad de los productos en tu cocina.

Esta fusión no solo significó un gran negocio, sino que también catapultó al queso Philadelphia a nuevas alturas de fama. Kraft, con su poderío y distribución, aseguró que este queso no solo se convirtiera en un favorito estadounidense, sino también en un invitado regular en mesas de todo el mundo.

Conquistando el supermercado de Europa y Más Allá

El queso Philadelphia no se contentó con ser la estrella en Estados Unidos; quería más. Y así, en la década de los 60, hizo su gran debut en Europa, convirtiéndose rápidamente en el número uno en el continente. Imagínate, un queso de origen estadounidense conquistando el paladar de los europeos, una hazaña no menor si consideramos su rica historia culinaria.

Y no solo Europa se rindió a sus pies. En 1967, México le dio la bienvenida con los brazos abiertos, introduciendo el queso crema Philadelphia en la cultura latinoamericana. Desde entonces, se ha expandido a todo Latinoamérica, incluyendo nuestro Perú y se ha utilizado para untar, mezclar, y crear una variedad de platos que van desde botanas hasta postres, demostrando que cuando se trata de cocina, el queso Philadelphia es tan versátil como un actor de método en Hollywood.

Características del Queso Philadelphia

Sabor del queso Philadelphia

El queso Philadelphia se distingue por su irresistible textura cremosa y su sabor suave, con un toque ligeramente ácido que seduce a cualquier paladar. Su consistencia untuosa y suave hace que sea excepcionalmente fácil de esparcir sobre panes y galletas, así como de integrar en una amplia gama de recetas, desde dips hasta postres decadentes.

Este equilibrio perfecto entre cremosidad y un sabor delicado pero característico, le permite armonizar con una variedad de ingredientes, abriendo un abanico de posibilidades culinarias. Ya sea que se combine con frutas frescas para un cheesecake celestial o se mezcle con hierbas y especias para crear un aperitivo irresistiblemente sabroso, el queso Philadelphia invita a explorar la creatividad en la cocina, prometiendo enriquecer cada bocado con su presencia suave y envolvente.

Versatilidad en la Cocina: Más que un Simple queso untable

Desde el desayuno hasta la cena, pasando por esos atracones de medianoche, este queso se ha convertido en un imprescindible en cocinas alrededor del mundo. ¿Pero qué hace al queso Philadelphia tan especial? Su versatilidad.

No estamos hablando de un simple untable. Oh, no. Estamos hablando de un ingrediente que puede ser la estrella de tu cheesecake, el alma de tu dip, o ese toque secreto en tu pasta que hace que tus invitados se pregunten si has estudiado en alguna escuela culinaria en Italia. Y lo mejor de todo es que se presta para experimentación. ¿Quieres mezclarlo con hierbas y especias para una botana rápida? Adelante. ¿Lo necesitas para suavizar tus salsas? El queso Philadelphia está listo para el desafío.

La verdadera belleza de este queso no radica solo en su sabor, sino en cómo nos invita a ser creativos en la cocina. Es como ese amigo que siempre está dispuesto a acompañarte en tus locuras culinarias, sin juzgarte si decides combinarlo con ingredientes inesperados.

Elaboración: El Secreto Detrás de la Cremosidad

Ahora, te estarás preguntando, ¿qué tiene el queso Philadelphia que lo hace tan irresistible? La respuesta, amigos míos, está en su elaboración. Este no es un queso cualquiera que decide un día ser cremoso. No, señor. Es el resultado de un meticuloso proceso que comienza con la selección de la mejor leche de vaca, a la cual se le añade crema para darle esa textura suave y ese sabor que tanto nos gusta.

La magia comienza con la pasteurización, ese baile caliente que asegura que solo los buenos microbios hagan fiesta en nuestro queso. Luego, se le añaden cultivos lácticos, esos magos microscópicos que fermentan la leche y le dan al queso su carácter distintivo. Y después de unas 20 horas de este proceso, se obtiene un queso fresco, listo para ser mezclado con sal y otros ingredientes, dependiendo de la variedad que se desee producir.

Pero lo que realmente distingue al queso Philadelphia de otros es su compromiso con la frescura. Sin conservantes, con una vida útil que desafía a la industria, este queso nos recuerda que lo bueno realmente no necesita complicaciones. Simplemente, leche de calidad, crema, y un poco de paciencia.

La Familia Filadelfia: Diversidad de Sabores en cada caja

Como si no fuera suficiente con el clásico, el queso Philadelphia ha decidido que quiere jugar a disfrazarse. Y así, tenemos una familia entera de sabores que van desde el delicado toque de las hierbas hasta la audacia del ajo, pasando por la dulzura de los frutos rojos. Cada uno diseñado para tentar a diferentes paladares y adaptarse a distintas recetas.

Esta diversidad no solo refleja la evolución del gusto de los consumidores, sino también la habilidad de Philadelphia de mantenerse relevante en un mundo culinario en constante cambio. Es como tener un armario lleno de ropa para cada ocasión; siempre hay un queso Philadelphia que se ajusta perfectamente a tus necesidades culinarias.

Ya sea que estés buscando algo bajo en grasa, con un toque extra de sabor, o simplemente la cremosidad clásica que todos conocemos y amamos, la familia Philadelphia tiene algo para ti. Y lo mejor de todo, es que este abanico de opciones nos invita a explorar nuevas recetas, a salir de nuestra zona de confort culinaria y a descubrir nuevos favoritos.

Las Recetas con queso Philadephia populares y originales

Rollitos de Salmón con Queso Philadelphia

Tiempo: 40 minutos.

Ingredientes (para 10 personas)

  • 10 lonchas de salmón ahumado
  • 1 bolsa de mix de hojas verdes tiernas
  • 1 cebolla china
  • 10 rábanos
  • 60 gramos de pepinillos en vinagre
  • 230 gramos de queso Philadelphia
  • 1/2 lima
  • Eneldo
  • Vinagre de manzana
  • Aceite de oliva y sal

Elaboración

  1. Limpia y pica la cebolla china, los pepinillos, el eneldo y los rábanos. Combina con el queso y una cucharada de jugo de lima. Integra bien los ingredientes.
  2. Extiende las lonchas de salmón y coloca en el centro de cada una la mezcla de queso. Enróllalos.
  3. Lava y prepara la mixtura de hojas verdes en una fuente. Aliña con aceite, vinagre y sal. Ubica encima los rollitos y sirve.

Berenjenas Rellenas de Queso

Tiempo: 1 hora.

Ingredientes (para 4 personas)

  • 4 berenjenas lavadas
  • 300 gramos de queso Philadelphia
  • 1 granada
  • 75 gramos de lechuga escarola picada
  • 100 gramos de pistachos picados
  • Aceite y sal

Elaboración

  1. Precalienta el horno a 180º C. Corta las berenjenas a lo largo, hazles cortes en forma de rombo sin llegar a los bordes. Espolvorea sal y déjalas reposar boca abajo.
  2. Extrae los granos de la granada y limpia las berenjenas. Hornéalas cubiertas por 45 minutos. Deja enfriar, retira la pulpa y condimenta ligeramente.
  3. Mezcla la pulpa con el queso y rellena las berenjenas. Distribuye la escarola, los pistachos y los granos de granada encima. ¡A disfrutar!

Pimientos Rellenos de Queso Philadelphia

Tiempo: 20 minutos.

Ingredientes (para 4 personas)

  • 400 gramos de queso Philadelphia
  • 8 pimientos piquillo
  • 8 anchoas
  • Cebollino picado
  • Tomillo picado
  • Albahaca picada

Elaboración

  1. Bate el queso hasta que esté cremoso y añade las hierbas picadas suavemente.
  2. Seca los pimientos piquillo, ábrelos con cuidado y rellénalos con la mezcla de queso.
  3. Coloca una anchoa enrollada encima de cada pimiento relleno. Sirve de inmediato y disfruta de un bocado lleno de sabor.

Macedonia con Crema de Queso

Tiempo: 20 minutos.

Ingredientes (para 4 personas)

  • 4 mandarinas
  • 1 pera
  • 1 manzana
  • 2 kiwis
  • 1 lima
  • 1 granada
  • 1 yogur griego
  • 2 cucharadas de queso Philadelphia
  • 2 cucharadas de miel de abeja
  • Esencia de vainilla
  • Menta fresca

Elaboración

  1. Ralla y exprime las mandarinas, haz lo mismo con la lima.
  2. Mezcla el queso con el yogur, los jugos, miel, vainilla y menta hasta obtener una crema suave. Refrigera.
  3. Pela y trocea las frutas, mezcla y sirve en copas. Cubre con la crema de queso y decora con menta.

Tarta de Galletas y Queso Philadelphia

Tiempo: 1 hora y 30 minutos.

Ingredientes (para 6 personas)

  • 400 gramos de queso Philadelphia
  • 300 ml de crema de leche
  • 100 gramos de chocolate para cobertura
  • 200 gramos de galletas de vainilla
  • 20 gramos de mantequilla sin sal
  • 300 gramos de azúcar
  • 3 huevos
  • 6 yemas
  • Frambuesas para decorar

Elaboración

  1. Tritura las galletas con chocolate y mantequilla. Cubre el fondo de un molde con papel y distribuye la mezcla.
  2. Bate la crema, huevos, queso y azúcar. Vierte sobre la base de galleta, agrega frambuesas y hornea a 180 °C por 40 minutos.
  3. Prepara un almíbar con agua y azúcar restante. Mezcla las yemas y agrega al almíbar a fuego bajo hasta espesar. Cubre la tarta y decora con frambuesas.

Cheesecake Clásico con Queso Philadelphia

Ingredientes:

Para la base:

  • 200 gramos de galletas de vainilla trituradas
  • 100 gramos de mantequilla derretida

Para el relleno:

  • 900 gramos de queso Philadelphia
  • 200 gramos de azúcar blanca
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 4 huevos
  • Ralladura de 1 limón

Para la cobertura:

  • Mermelada de fresa o frutos rojos al gusto
  • Frutos rojos frescos para decorar

Elaboración:

  1. Preparar la base: Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta obtener una mezcla homogénea. Presiona esta mezcla en el fondo de un molde desmontable para cheesecake, creando una base uniforme. Refrigera mientras preparas el relleno.

  2. Hacer el relleno: Precalienta el horno a 180°C. En un bol grande, bate el queso Philadelphia con el azúcar y la vainilla hasta que la mezcla esté suave y cremosa. Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Incorpora la ralladura de limón.

  3. Vierte el relleno sobre la base de galletas y alisa la superficie con una espátula.

  4. Hornea el cheesecake durante 50-60 minutos o hasta que el centro esté casi firme al tacto. Apaga el horno y deja el cheesecake dentro con la puerta entreabierta durante 1 hora para evitar que se agriete.

  5. Refrigera el cheesecake por al menos 4 horas, mejor si es toda la noche.

  6. Agregar la cobertura: Una vez frío, cubre el cheesecake con tu mermelada favorita y decora con frutos rojos frescos.

Makis con Salmón, Queso Philadelphia y Palta

Ingredientes:

  • 200 gramos de arroz para sushi
  • 250 ml de agua
  • 2 cucharadas de vinagre de arroz
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 4 hojas de alga nori
  • 200 gramos de salmón ahumado en láminas
  • 150 gramos de queso Philadelphia
  • 1 palta (aguacate) cortada en tiras
  • Salsa de soja, wasabi y jengibre encurtido para servir

Elaboración:

  1. Preparar el arroz: Lava el arroz hasta que el agua salga clara. Cocínalo con los 250 ml de agua. Una vez cocido, añade el vinagre de arroz, el azúcar y la sal. Mezcla suavemente y deja enfriar a temperatura ambiente.

  2. Armar los makis: Coloca una hoja de alga nori sobre una esterilla de bambú para sushi, con el lado brillante hacia abajo. Extiende una capa uniforme de arroz sobre el alga, dejando un pequeño margen en los bordes.

  3. En el centro del arroz, añade una tira de queso Philadelphia, encima coloca el salmón ahumado y las tiras de palta.

  4. Con la ayuda de la esterilla, enrolla el sushi apretando ligeramente hasta formar un rollo compacto. Asegúrate de que los bordes se sellen bien.

  5. Con un cuchillo bien afilado y humedecido, corta el rollo en piezas de aproximadamente 2 cm.

  6. Sirve los makis acompañados de salsa de soja, wasabi y jengibre encurtido al gusto.

Quiche de Espinaca y Queso Philadelphia

Ingredientes:

Para la masa:

  • 200 gramos de harina de trigo
  • 100 gramos de mantequilla fría, cortada en cubos
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 4-6 cucharadas de agua fría

Para el relleno:

  • 200 gramos de queso Philadelphia
  • 200 gramos de espinacas frescas (puedes usar congeladas, asegúrate de escurrirlas bien)
  • 1 cebolla mediana, finamente picada
  • 2 dientes de ajo, picados
  • 200 ml de crema de leche
  • 4 huevos grandes
  • 100 gramos de queso rallado (puede ser queso mozzarella o el que prefieras)
  • Sal y pimienta al gusto
  • Nuez moscada (opcional)

Elaboración:

  1. Prepara la masa: En un bol grande, mezcla la harina con la sal. Añade la mantequilla y trabaja la mezcla con los dedos hasta obtener una textura arenosa. Agrega el agua fría, una cucharada a la vez, y amasa ligeramente hasta formar una bola. Envuelve en plástico de cocina y refrigera durante al menos 30 minutos.

  2. Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa ligeramente un molde para quiche o tarta.

  3. Estira la masa en una superficie ligeramente enharinada hasta que tenga el grosor deseado y sea suficiente para cubrir el molde. Coloca la masa en el molde, presionando suavemente contra el fondo y los lados. Recorta el exceso de masa. Pincha el fondo con un tenedor y hornea en blanco (puedes usar pesos para tarta o frijoles secos sobre papel de hornear) durante 10 minutos.

  4. Para el relleno: En una sartén a fuego medio, saltea la cebolla y el ajo hasta que estén transparentes. Añade las espinacas y cocina hasta que estén marchitas. Deja enfriar.

  5. En un bol grande, bate los huevos, la crema de leche, el queso Philadelphia hasta obtener una mezcla homogénea. Agrega el queso rallado, sal, pimienta y nuez moscada al gusto.

  6. Distribuye la mezcla de espinacas sobre la base de la masa precocida. Vierte la mezcla de huevo y queso encima.

  7. Hornea durante 35-40 minutos o hasta que el relleno esté firme y la superficie dorada.

  8. Deja enfriar unos minutos antes de servir. Este quiche puede disfrutarse tanto caliente como a temperatura ambiente.

Queso Philadelphia y la Dieta

El queso Philadelphia, con su textura suave y cremosa, se ha convertido en un ingrediente versátil y querido en cocinas de todo el mundo. Su facilidad para untar y mezclar lo hace ideal para una amplia gama de recetas, desde desayunos hasta cenas y postres. Pero, ¿qué hay de sus propiedades nutricionales y su lugar en una dieta equilibrada?

Gracias a su perfil nutricional, el queso Philadelphia puede ser incluido en una dieta saludable si se consume con moderación. Es especialmente útil para aquellos que buscan añadir cremosidad y sabor a sus platos sin excederse en calorías. Sin embargo, debido a su alto contenido de grasas saturadas y colesterol, es importante equilibrar su consumo con otros alimentos bajos en grasas y ricos en nutrientes​​.

Propiedades Nutricionales del Queso Philadelphia

Calorías y Grasas: Una porción de 1 onza (aproximadamente 28 gramos) de queso Philadelphia contiene 100 calorías, de las cuales 80 provienen de grasas. Esta cantidad representa el 80% de la porción como grasa, situándolo en el grupo de alimentos grasos más que en el de lácteos. Aporta 9 gramos de grasa total, incluyendo 6 gramos de grasas saturadas, lo que equivale aproximadamente al 14% y 30% de la ingesta diaria recomendada, respectivamente, en una dieta de 2.000 calorías.

Colesterol y Sodio: Cada porción aporta 35 mg de colesterol, representando el 12% de la ingesta diaria recomendada, y 105 mg de sodio, que es aproximadamente el 4% de la recomendación diaria. A pesar de su contenido de grasa y colesterol, si se consume con moderación y combinado con alimentos bajos en grasas, el queso Philadelphia puede formar parte de una dieta equilibrada.

Carbohidratos y Proteínas: El queso Philadelphia es bajo en carbohidratos, con solo 1 gramo por porción, proveniente principalmente de azúcares naturales de la leche. Además, ofrece 2 gramos de proteína por porción, aunque no se considera una fuente significativa de este nutriente.

Vitaminas y Minerales: A pesar de ser un producto lácteo, el queso Philadelphia proporciona solo alrededor del 2% de la ingesta diaria recomendada de calcio y un 6% de vitamina A por porción, lo que sugiere la necesidad de buscar otras fuentes de estos nutrientes esenciales para cumplir con las recomendaciones diarias.

Esquema Nutricional del Queso Philadelphia

  • Calorías: 100 por 1 onza (28 gramos)
  • Grasas: 9 g (Grasas saturadas: 6 g)
  • Colesterol: 35 mg
  • Sodio: 105 mg
  • Carbohidratos: 1 g
  • Proteínas: 2 g
  • Calcio y Vitamina A: Bajos aportes, requiere complementar con otras fuentes

El queso Philadelphia es un ejemplo de cómo los alimentos disfrutados con moderación pueden caber en un estilo de vida equilibrado y saludable. La clave está en el balance y la moderación, asegurando una dieta variada que incluya todos los grupos de alimentos necesarios para una nutrición óptima

En resumen, el queso Philadelphia es mucho más que un simple ingrediente; es una invitación a explorar, a crear, y sobre todo, a disfrutar de la comida de maneras que nunca habíamos imaginado. Desde sus humildes orígenes en Chester, Nueva York, hasta convertirse en un ícono culinario mundial, este queso ha viajado un largo camino, untando su camino hacia nuestros corazones (y estómagos).

Así que la próxima vez que abras tu nevera y veas ese familiar paquete de queso Philadelphia, recuerda que no estás solo ante un queso, sino ante un mundo de posibilidades culinarias. Y ahora, si me disculpan, creo que es hora de que yo también me embarque en una pequeña aventura culinaria con mi fiel amigo Philadelphia. ¿Quién sabe qué delicias crearé hoy?

Buscar productos