Contrario a lo que algunos piensan, el vino rosé no se obtiene simplemente mezclando vino tinto y blanco —de hecho, esta práctica está prohibida en vinos tranquilos dentro de la Unión Europea (salvo para espumosos en Champagne).
El rosado se elabora a partir de uvas tintas (a veces con pequeñas proporciones de blancas), limitando el tiempo de contacto del mosto con los hollejos para extraer solo parte del color.
Tres métodos de producción de vinos rosados
Existen tres métodos principales, cada uno con perfiles y características distintas:
Método | Procedimiento | Perfil resultante | Uso y observaciones |
---|---|---|---|
Prensado directo | Prensado inmediato de uva tinta (como si fuera blanco) | Color muy pálido; cuerpo ligero; muy poca astringencia. Aromas sutiles (florales, cítricos) | Ideal para rosados estilo provenzal. Consumir joven (no apto para guarda) |
Maceración corta | Encubado breve (de 2 a 24 h) de uva tinta; luego prensado | Color rosa pálido a vivo según duración; sabor fresco, fruta roja; mínimo tanino | Método más común en rosados tranquilos. Permite controlar color y estructura; buen equilibrio |
Sangrado (saignée) | Extracción de una parte del mosto de una vinificación tinta en proceso | Color rosado intenso; mayor cuerpo y taninos. Aromas concentrados; puede tener crianza breve | Rosados robustos, gastronómicos. Nacen como subproducto del tinto. Requieren uvas de calidad |
¿Y la mezcla de vino tinto y blanco?
En vinos tranquilos, la mezcla directa de vino tinto con blanco está prohibida en la Unión Europea, salvo en elaboraciones tradicionales como los claretes (fermentados juntos).
La única excepción legal es en Champagne, donde sí se permite mezclar vinos base tintos y blancos para obtener un espumoso rosado. Fuera de este caso, la gran mayoría de rosados del mundo se elaboran siguiendo los tres métodos descritos arriba.
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